Datos personales

martes, 29 de enero de 2013

HARDWARE DE ALMACENAMIENTO


Son los dispositivos que almacenan nuestra información —documentos, videos, imágenes, música, programas, etc.—. A diferencia de la memoria RAM, estos  guardan los datos de forma permanente —a menos que los borremos intencionalmente—. Antes de conocerlos, primero disipemos algunas dudas.


LENGUAJE BINARIO


Los seres humanos nos comunicamos a través del lenguaje oral, corporal y escrito. Claro está, ninguna computadora es capaz de hacerlo. Ella utiliza un lenguaje propio llamado «binario». Dentro de ella, toda la información fluye en forma de «pulsos eléctricos». Un pulso eléctrico positivo es —matemáticamente— representado con el número «1», y un pulso negativo, con el número «0». Por ejemplo, si descargamos una foto, nuestro equipo no “ve” la imagen, sino un paquete de pulsos eléctricos, el cual somete a un proceso de “traducción” para que nosotros podamos ver una imagen definida.


El lenguaje binario pasa por un proceso de “conversión”, que transforma a los ceros y unos en señal de video, algo mucho más comprensible para nosotros.

Del bit al byte... y más allá


Un «bit» es una carga eléctrica, ya sea positiva o negativa (1,0). Por lo tanto, es la unidad de almacenamiento mínima que puede ser comprendida y almacenada por un ordenador. Para efectos prácticos, la computadora organiza a los bits en pequeños paquetes llamados «bytes», que están construidos por 8 bits. A partir del byte, surgen nuevas unidades de medida, cada una 1 024 veces mayor que la anterior (Es cada 1024 —y no cada 1000— porque la información se almacena en potencias de 2, y no de diez: 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128, 256, 512, 1024).


Unidades de almacenamiento




Las unidades de almacenamiento pueden contribuir con su “granito de arena” para mejorar el desempeño del equipo. Por ejemplo, una unidad SSD será más eficiente y rápida que un disco duro. Finalmente, a modo de recordatorio, todas las unidades mencionadas las podemos encontrar en modelos internos y externos (un disco duro externo nos permite transportar un gran volumen de información que no cabría en un pendrive, por ejemplo).

viernes, 25 de enero de 2013

Capítulo 2 (Parte I) ¿Qué es el hardware y cómo influye en la velocidad de nuestra computadora?

EL SISTEMA INFORMÁTICO


Un árbol  necesita de tres elementos: tierra, agua y sol. El funcionamiento de una computadora también depende de tres cosas: hardware, software y humanware. Al conjunto de estos “ingredientes” se le llama «sistema informático». 





Comparando el sistema informático a una fábrica, el «hardware» son las máquinas. El “software”, el personal que coordina el trabajo de cada máquina (solo siguen órdenes) y el “humanware” es el Director, quien determina lo que debe o no hacerse.


EL HARDWARE


La palabra «hardware» no tiene traducción al español. Por eso, se adoptó el término sin traducirlo. El hardware es lo físico y tangible de la computadora —incluye cables, tornillos, tarjetas, botones, etc.—. Al ser algo material, se puede ver, tocar y hasta patear —en ocasiones, no hay otra opción =P—. Al hardware lo clasificaremos en tres categorías: hardware de procesamiento, hardware de almacenamiento y periféricos (existen otras formas de clasificar al hardware, pero para nuestro propósito, esta es la ideal).


HARDWARE DE PROCESAMIENTO


El «hardware de procesamiento» influye en la velocidad y rendimiento del equipo. En otras palabras, el que nuestro ordenador sea una lenta “tortuga” o una veloz “liebre”, depende en un 80% de este. ¿Cuáles son estos dispositivos? La tarjeta madre, el procesador, la memoria RAM y el procesador gráfico (GPU). 


Si le han dicho que su computadora es lenta, quizás deba actualizar su «hardware de procesamiento». 







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Las marcas y logotipos mencionados pertenecen a sus respectivos dueños, aquí se usan solo con fines ilustrativos.

jueves, 24 de enero de 2013

Capítulo 1 (parte VI) ¿Cómo desechar una computadora?

BASURA ELECTRÓNICA

¿Se ha dado cuenta de lo rápido que evoluciona la tecnología? ¡Hoy compramos lo más nuevo, y mañana ya está obsoleto! ¿A qué se debe? Principalmente a dos razones: al consumismo y al desarrollo de software.

¡Comprar, tirar... y volver a comprar!

De forma indirecta, este es el mensaje que vemos en los anuncios publicitarios de las grandes empresas. Las ventas masivas son más importantes —para ellas— que la durabilidad del producto.

Más nuevo... más exigente

Conforme se actualizan, los programas informáticos exigen una mejor computadora, pues incluyen más herramientas y son visiblemente más atractivos. El resultado es que —en un lapso de 3 a 4 años— debemos actualizar nuestro ordenador, ya que el anterior se queda corto para ejecutar los programas más recientes.

¿Cuáles son los riesgos?

¿Qué factores debemos tomar en cuenta a la hora de desechar una computadora? Principalmente, dos: nuestra seguridad y el medio ambiente.

Obsolescencia Programada: construidos para no durar

¿Ha notado que, cuando lanzan un nuevo producto, el fabricante rara vez menciona algo sobre su durabilidad? Esto es porque las computadoras —en todas sus versiones— están hechas para ser lo más desechables posible. Para las grandes empresas, reducir la vida útil de sus productos aumenta las ventas, y eso se traduce —supuestamente— en una economía estable.  Para más información, consulte el siguiente documental:


Derechos Reservados ©. Francisco Alejandro Martínez Roberts.

miércoles, 23 de enero de 2013

Capitulo 1 (Parte V) ¿Qué opciones tengo?

¿QUÉ OPCIONES TENGO?

Si usted ha comprado una computadora en una tienda departamental, entonces sabrá  el sentimiento de indecisión que a veces nos inunda entre tantos modelos a elegir. ¿Cuál será la mejor? ¿Cuál me convendrá más? ¿Me guío por el precio, la marca o por las características? Son preguntas que de seguro pasaron por su mente. Ya aprendimos que nuestras opciones, a grandes rasgos, se resumen en dos: escritorio o portátil. Veamos más de cerca los equipos que se derivan de cada una de estas dos opciones.

OPCIÓN 1: EQUIPOS DE ESCRITORIO

OPCIÓN 2: EQUIPOS PORTÁTILES



¿MÁS OPCIONES?

Ya conocemos los tipos de microcomputadoras más comunes —PC, Todo en uno, Notebook, Ultrabook y Netbook—. Sin embargo, existen otras opciones que se enfocan más en la movilidad que en la potencia. No se usan para realizar tareas pesadas, pero su tamaño las hace ideales para viajar todo el tiempo con nosotros:



Una tableta y un smartphone están hechos para ser dependientes de una computadora normal (de una netbook para arriba), pues en la mayoría de los casos, la necesitan para actualizarse y sincronizarse —compartir información—.

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lunes, 21 de enero de 2013

Capitulo 1 (Parte IV) ¿Qué computadora elegir?

¿QUÉ COMPUTADORA ELEGIR?



La elección de un ordenador dependerá de nuestro gusto y necesidad. Los portátiles no sustituyen a los de escritorio. La siguiente tabla es una primera guía que nos ayudará a elegir:

Nota: hay portátiles que superan la capacidad de un equipo de escritorio, pero esto influye en su costo. El cuidado y trato del usuario a su equipo también influirá en la durabilidad final. Analicemos más a detalle las opciones que tenemos a la hora de adquirir un equipo de cómputo. 

UNA COMPUTADORA A NUESTRA MEDIDA


Antes de embarcarnos en la compra de un ordenador, primero debemos analizar 2 factores: el propósito y el costo.

PROPÓSITO

Pregúntese ¿para qué voy a usar la computadora? Básicamente, hay tres niveles  de uso: básico, medio y avanzado.

COSTO


Pregúntese ¿cuánto dinero estoy dispuesto a invertir?  Siendo honestos, por más que deseemos una computadora de nivel avanzado, difícilmente la obtendremos si nuestros recursos son limitados. Por regla general —como en todo—, entre más holgado esté nuestro bolsillo, más opciones tendremos.


Derechos Reservados ©. Francisco Alejandro Martínez Roberts

sábado, 19 de enero de 2013

Capítulo I (Parte III). Tipos de computadora

TIPOS DE COMPUTADORA

Ya aprendimos que la tecnología actual permite la fabricación de computadoras muy pequeñas. Sin embargo, esto no quiere decir que todas sean así. Dependiendo de su uso y propósito, las computadoras de dividen en cuatro tipos: «supercomputadoras»,  «macrocomputadoras», «minicomputadoras» y «microcomputadoras».


MICROCOMPUTADORAS

Las microcomputadoras se subdividen en dos grandes grupos: escritorio y portátiles. Las primeras funcionan en un lugar fijo, y las portátiles —al ser más ligeras, compactas y tener su propia batería— ofrecen movilidad.


En todo este mar de opciones, ¿cuál es la mejor opción? ¿Cuál deberíamos elegir? Eso lo veremos en nuestra próxima entrega...

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viernes, 18 de enero de 2013

Capítulo I (Parte II) Historia de la computadora.

UN POCO DE HISTORIA


Hoy, una computadora es lo más normal del mundo. No obstante, no hace mucho tiempo, la situación era justo lo contrario. Si bien el ordenador comenzó a desarrollarse antes de Cristo, es concretamente en 1937 cuando surge la «primera generación». La historia contemporánea de la computadora se divide en 5 generaciones (Muchos autores no se ponen de acuerdo con las fechas exactas. Nuestro objetivo no es polemizar sobre este tema, sino solo tener una referencia general).


 En menos de 70 años, la computadora dejó de tener el tamaño de un campo de futbol, ha caber en nuestro bolsillo.

Derechos reservados © Francisco Alejandro Martínez Roberts.

jueves, 17 de enero de 2013

Capítulo I (Parte I) ¿Qué es la computadora?

¿QUÉ ES LA COMPUTADORA?



Algunos la ven como el invento más grandioso de la humanidad. Otros, la ven como un aparato sacado desde las mismísimas entrañas del inframundo. Y para usted, ¿qué es la computadora? Hagamos a un lado toda definición filosófica y centrémonos en lo que verdaderamente es. Ya sabemos que la palabra «computadora», etimológicamente, significa computar, es decir, contar. Una definición rudimentaria sería: “máquina que hace operaciones matemáticas”. ¿Por qué? Desde que la encendemos, no deja de hacer complejos cálculos. Por eso, correctamente se dice que el ábaco es su ancestro. 

Ahora, ampliemos más la definición:

Una máquina electrónica: se compone de varias piezas físicas —conocidas como hardware— que se conectan y comunican entre sí.

Un dispositivo que administra y procesa información: está diseñada para recibir, almacenar e interpretar datos.

Un aparato que requiere de programas informáticos: para funcionar, se rige por programas —software— que le indican que función hacer.

Sintetizando estos tres puntos, la computadora es un dispositivo que se vale de piezas electrónicas (hardware) y programas informáticos (software) para recibir y administrar datos. Cabe destacar que es un dispositivo multifacético, pues dependiendo del programa que ejecutemos puede ser en una TV, una radio, una máquina de escribir, un editor de imágenes, un diseñador de planos, un editor de video y casi cualquier cosa.

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miércoles, 16 de enero de 2013

Introducción (Parte II)

INTRODUCCIÓN (Parte II)

LA CULTURA... ¿DIGITAL?



¿Qué es la «cultura digital»? Primeramente, la palabra “cultura” proviene del latín cultum, que significa «cultivar», lo que nos recuerda a un agricultor sembrando semilla. Ampliando la definición, la cultura es lo que se siembra y da frutos (en este caso, hablamos de conocimientos). Por otra parte, la palabra “digital” se deriva del latín digitus, es decir, «dedos» de las manos. ¿Y  cómo se relacionan los dedos con las computadoras? En cierto sentido, nuestros dedos son la primera computadora que tuvimos. Esto lo decimos porque la palabra “computadora” viene del latín computar, que significa «contar». ¿Y qué es lo primero que usamos para hacer cuentas? Claro que sí ¡los dedos! Estos fueron (y aún siguen siendo) nuestro primer “instrumento” para computar cifras (que alivio que siempre está “a la mano”). 

Sintetizando, una definición sencilla de «cultura digital» sería “conjunto de conocimientos que nos permiten usar la computadora”. Ampliando más el concepto, lo definimos así: “conjunto de conocimientos técnicos y prácticos que permiten a una persona usar la tecnología para resolver problemas y cubrir necesidades de la vida cotidiana”. A quien no sabe usar la tecnología, se le califica de “analfabeta digital”.

No basta con saber que existe la tecnología: debemos aprender a usarla.

ANALFABETISMO DIGITAL

 Un “analfabeta” (literalmente: “sin alfabeto”) es una persona que no sabe leer ni escribir. La escritura y la lectura han marcado tanto a la humanidad, que su uso es básico para desenvolvernos y crecer en sociedad. ¡Pues lo mismo ocurre con las computadoras! Han marcado tanto a la humanidad, que ignorar su existencia —o su valor— nos limita y deja obsoletos. Por esa razón, es correcto calificar de «analfabeta digital» a toda persona que desconoce o no sabe usar la tecnología.


Nativos e Inmigrantes digitales
¿Cuál eres tú?


En estos tiempos, hay dos tipos de personas: los «nativos digitales» y los «inmigrantes digitales» ¿qué distingue a cada uno? Según el diccionario, se le llama “nativo” a alguien con relación al lugar en que nació (si yo nací en la Ciudad de México, puedo decir que soy nativo de este lugar). ¡Ahora todo está más claro! Un nativo digital es una persona que nació en plena era tecnológica; en otras palabras, es un fulano que nació rodeado de computadoras, tabletas, smartphones y todas esas “mugres” (como dice la abuela). ¡Ah, con razón los jóvenes de hoy entienden perfectamente eso del “waifay” y el “blutut”! Pues claro... ¡nacieron en medio de todo eso!


¿Qué hay de los inmigrantes digitales? Un “inmigrante” es una persona que se establece en un lugar donde no nació, como los mexicanos que van en búsqueda del “sueño americano”. Por ende, un inmigrante digital es quien no aprendió a utilizar de forma natural la computadora, porque nació y creció en una época donde no eran fáciles de obtener ni eran tan populares como hoy, ¡con razón les cuesta tanto entender eso del “feis” y “yu tub”!



Para los nativos digitales es sencillo dominar cualquier dispositivo computacional porque, desde que tienen uso de razón, viven rodeados de tecnología.


¿Es usted un inmigrante digital?

Si la respuesta es sí, ¡felicidades! La guía que frente a sus ojos será el primer paso que le ayudará a adaptarse con éxito a esta era digital. Pero, ¿cómo? ¿Es eso posible? ¡Por supuesto! Pero como todo en la vida, usted debe pagar un precio: tiene que leer y pensar en lo que lee. ¡Afortunadamente, yo le ayudaré para que el camino sea sencillo y agradable!

Yo soy un Nativo digital: ¡Ya la libré!


¡Pues no! Sin afán de ofender, muchos nativos digitales son unas amenazas para su pobre computadora. ¿Por qué? Si se supone que son los “masters” de la computación... ¿qué los hace tan brutos?

Al haber nacido con la “computadora bajo el brazo”, desde la tierna infancia se familiarizan con ella. Esto es bueno, pues aprenden a manejarla de forma natural. El problema es que muchos adquieren malos hábitos que se les vuelven costumbre y terminan arrastrándolos el resto de su vida. Esto me recuerda la última vez que conduje mi auto por las avenidas del Distrito Federal, donde me encontré a centenares de pseudo conductores poniendo en riego su vida y la de los demás. ¿Cómo es posible que las personas manejen tan mal? En la mayoría de los casos, no es cuestión de que sean principiantes: el problema está en que aprendieron a conducir informalmente, pues el papá, el tío o el amigo les “enseñó”. La falta de formalidad en su aprendizaje los llenó de malos hábitos que se les hicieron costumbre. ¡Pues exactamente eso le ocurre a los nativos digitales!

Una trillada frase de los padres es: “mis hijos ya traen el chip integrado”, en otras palabras: “mis hijos ya son muy salsas para la tecnología”. Esto es parcialmente cierto. Hay que destacar una importante verdad: una cosa es usar, y otra es saber usar. Una ocasión tuve que podar el césped con unas tijeras de jardinero, la verdad me costó mucho trabajo, pues aunque usé las tijeras, realmente no sabía usarlas , pues desconocía la técnica apropiada. Cuando usamos cualquier herramienta a lo bruto, ni haremos bien el trabajo y pondremos en riesgo nuestra integridad física... incluso la vida. Muchos nativos digitales, efectivamente, usan la tecnología, pero sus acciones ponen en evidencia que lo hacen sin realmente saber lo que están haciendo. Algunos ejemplos de malos hábitos comunes en los nativos digitales son:

- Promueven cadenas por correo electrónico o a través de las redes sociales.
- Registran sus datos personales en sitios web fraudulentos del tipo: “Mira quién te borró del MSN” o “Entérate quién visita tu perfil en Facebook”.
- Aceptan y envían solicitudes de amistad a cuanto fulano se encuentran en sus redes sociales.
- Manejan una única cuenta de correo electrónico para todo.
- Creen que el antivirus los protege de todo “mal”.
- Usan la laptop en la cama.
La conclusión es obvia: todos —nativos e inmigrantes digitales— aún tenemos mucho qué aprender.

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martes, 15 de enero de 2013

Introducción Parte I

BIENVENIDO A LA

CULTURA DIGITAL


Hagamos un viaje en el tiempo... ¡regresemos a los 80’s! ¿Recuerda cuando veíamos computadoras únicamente en películas de ciencia ficción? Creíamos que solo las naves espaciales y los centros de investigación "ultra secreta" podían darse el lujo de tener computadora, y que solo genios o científicos locos eran capaces de usarlas.
En esta época, la televisión era el aparato más "moderno" de la casa, el teléfono era el medio de comunicación por excelencia, las máquinas de escribir inundaban las oficinas y los diseñadores plasmaban sus ideas a papel y tiza. ¡Qué tiempos!
Antes de 1990, las computadoras no figuraban en nuestra vida cotidiana. Claro, no es que no existieran, sino que sus elevados costos y específicas funciones la hacían alcanzable a empresas, escuelas, negocios o usuarios muy específicos. ¡Qué distinto es hoy! El banco, la escuela, el centro comercial y hasta nuestro propio hogar... ¡todo se encuentra inundado de computadoras! De hecho, millones de personas dependen totalmente de ella en su ámbito laboral, escolar y hasta personal. Sí, nos guste o no, ¡la computadora ha tomado por asalto casi toda esfera de nuestra vida!

Cuando me inscribí a la universidad, tuve que descargar la hoja de inscripción por Internet y regresarla por correo electrónico. Cuando acudí a las oficinas del SAT para dar de alta mi negocio, recibí la tajante orden de una "simpática" recepcionista: "¡La cita se hace por Internet!". Cuando colaboré para una editorial, la única forma de recibir mi pago fue a través de Pay Pal... después de reflexionar en estas tres situaciones me pregunté: la gente que no sabe —o no le gusta— usar computadora, ¿cómo le hace para vivir en el mundo modernista de hoy?

Escuelas, dependencias de gobierno, empresas, bancos, centros comerciales: fieles a la «moda informática», todos presumen su página Web y un perfil en Facebook para establecer contacto con los clientes y proveer servicios. Las líneas telefónicas y el servicio personal al cliente están en vías de extinción, pues Internet es una "máquina teletransportadora" que nos permite estar —virtualmente hablando— en cualquier parte del mundo. Y esto... ¿es bueno o malo? Repasemos algunas ventajas de usar Internet:
Ahorrar tiempo: nos permite realizar trámites y pagos desde la comodidad del hogar, como pagar la luz, el agua, el teléfono y otros impuestos (adiós a las largas filas).
Acceso instantáneo a un mundo de información: consultar requisitos, direcciones, precios, productos, tareas, dudas… el caudal de información es inagotable.
Ahorrar dinero: menor compra de libros y material didáctico físico y reducción de desplazamientos de un sitio a otro (gasto de combustible y/o pasajes).
Una computadora conectada a Internet nos permite ahorrar tiempo, dinero y esfuerzo al realizar trámites, hacer compras y/o solicitar servicios.
La computadora es una multiherramienta que integra un gran número dispositivos en uno.


Lo anterior parecen ser solo ventajas y beneficios, pero la realidad es que la "invasión tecnológica" —que, en teoría, hace la vida más fácil— ha provocado dolores de cabeza a miles de personas a las que les cuesta trabajo entender y adaptarse a este ambiente "modernista". Y no es de extrañar, pues la era "computacional" llegó de súbito… ¡Hace solamente 20 años —o menos— tener una computadora se tomaba como un lujo innecesario!
 

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